Ya lo decíamos en la previa. Este partido tenía trampa. Y el Racing, que lo sabía, aprovechó al 200% sus opciones. Es el típico partido del que se sale con la impresión de que aunque hubieran jugado quince horas, el Sevilla no habría marcado un solo gol.
Desde el primer minuto, el equipo salió sin convicción, sin intensidad y sin ponerle lo que hay que poner en el campo. Resulta increíble los vaivenes de comportamiento que sufren los Jimenez’s boys. Parecía que no se jugaban nada en el envite, a pesar de ser una ocasión mas que propicia para, como dijo Jimenez en la rueda de prensa posterior, haber puesto tierra de por medio con sus perseguidores.
El Racing, muy bien posicionado, demostró mas ambición que los nuestros desde el pitido inicial. Zigic y Munitis con la inestimable ayuda del diminuto Pereira, traían en jaque a la defensa sevillista. El posicionamiento en el campo del equipo montañés ha sido de matrícula de honor. Muñiz tiene muy bien trabajado al equipo y en cuanto tienen ocasión, despliegan el juego por bandas buscando luego los centros al gigantón Zigic.
Tambien tienen perfectamente entrenadas las jugadas de estrategia. De hecho, los dos goles han venido en jugadas a balón parado. Faltas sacadas por Munitis y remates de Zigic. En el primero de los goles logró salvar Palop en primera instancia pero la dejó muerta para que un jugador santanderino la empujara sin oposición. En el segundo, Zigic le ganó por la mano a Kanouté que no ha tenido precisamente su mejor día. En el campo me ha parecido que Freddy jugaba mermado por su lesión del hombro. Ni siquiera su correr era natural.
Otro negado ante el gol ha sido Luisfa. Vaya partidito del brasileño. Ha fallado goles inverosímiles. Daba la impresión de que se pusiera como se pusiera, hoy no metía un gol ni con el portero amarrado.
Hasta cinco delanteros llegó a poner sobre el campo Jimenez, yendo en contra de su propia teoría que yo comparto y que dice que no por poner muchos delanteros se crean mas ocasiones. A mi modesto entender, cuando estás en superioridad numérica, lo adecuado es tocar y tocar y hacer paredes para llegar hasta el área con el balón jugado. Y para eso se necesitan centrocampistas, que es justo lo que no teníamos. Por contra, la mayoría de las veces el balón llegaba a los dominios de Toño a base de centros buscando a Kanouté y Luis fabiano. El problema es que hoy había muchisima altura en la defensa rival con César Navas (1,96 ) y la ayuda de Zigic (2,02).
Mal partido del equipo en general con una falta de creatividad tremenda. Una vez mas, los nuestros no han sabido desmontar el fortín bien organizado que plantó el rival. Ni con once, ni con diez ni áunque hubieran dejado al Santander con ocho. No sé si se debía a que estaban reservando fuerzas para el jueves pero el Sevilla, jamás dio la impresión de poder sacar adelante este encuentro. Es el cuarto partido que perdemos en liga y el tercero en casa. Digno de ser analizado.
Lo malo de esta derrota, mas allá de los tres puntos volados, es que a los aficionados nos quedan pocos argumentos para volver a coger la bufanda, el chubasquero y rascarnos de nuevo el bolsillo para acompañar al equipo el jueves. Tan escasa es la confianza que se tiene en las posibilidades de pasar la eliminatoria.
La mayoría de los asistentes hoy al estadio se marcharon antes de tiempo, y los que se quedaron lo hicieron únicamente para regalar una pitada de campeonato al final. Mal bajan las aguas por Nervión. Los ánimos andan por los suelos y el equipo no transmite nada o casi. A ver que pasa el jueves.
Por los nuestros jugaron: Palop (1); Navarro (2), Escudé (1), Squillaci (1), Dragutinovic (1), Romaric (1), Renato (1), Capel (2), Adriano (2), Luis Fabiano (1) y Kanouté (1). En el segundo tiempo entraron; Chevantón (1), Pukki (1) y Maresca (1).