Reproducimos aquí un artículo de Waldemar Iglesias para el diario argentino Clarín, en el que aporta el nombre de Diego Perotti como uno de los jóvenes que pueden sacar a flote a la selección albiceleste, que actualmente pasa por uno de sus peores momentos hasta el punto de que peligra el Mundial 2010 para ellos. Gracias a Jorge Luis Do, socio de la ASR y compatriota de Perotti, por el reporte:
«Diego Perotti nunca jugó en la máxima categoría del fútbol argentino. Pasó sin escalas de Deportivo Morón al Sevilla. Y hoy, aun siendo casi un desconocido en nuestro país, aparece en el escenario de los posibles convocados a la Selección de Diego Maradona.
A Hugo Osmar Perotti le decían el Mono y jugaba mejor que bien en la Primera de un Boca para la historia. Con él como wing izquierdo y con Diego Maradona como número diez, el club de la Ribera abrazó la gloria de la consagración en el Metropolitano de 1981. Juntos se abrazaron bajo el cielo de La Bombonera en aquel 1-1 ante Racing que derivó en la vuelta olímpica. El fútbol quiso volver a juntarlos de otro modo: Maradona es ahora el entrenador del seleccionado nacional y el hijo de aquel delantero valioso se destaca en el Sevilla y aparece como un posible convocado para la última serie de partidos de las Eliminatorias sudamericanas para el Mundial de Sudáfrica 2010.
El último 26 de julio, Diego Perotti -el hijo del Mono- cumplió 21 años. Con él sucede algo curioso: en el fútbol de Argentina sólo jugó en la tercera categoría, para Deportivo Morón. Debutó en el Gigante del Oeste en 2006. No mucho tiempo después fue fichado por el Sevilla, a cambio de 200.000 euros. Entonces, pasó a formar parte del equipo filial, el Sevilla Atlético. El 15 de febrero de este año, debutó en la división principal del fútbol de España en un partido en que el Sevilla derrotó 2-0 al Espanyol en el Olímpico.
El Monito -ese apodo que le quedó por herencia- ya conoce lo que es jugar con la camiseta de la Selección. Claro, pero en juveniles: fue internacional por el Sub 20; estuvo preseleccionado para disputar el Mundial Juvenil 2007 de Canadá, pero finalmente quedó descartado del plantel que luego se consagraría con notables actuaciones de Sergio Agüero, de Maxi Moralez y de Mauro Zárate. Este año fue convocado para el Sub 21 de Sergio Batista que participó del Torneo Esperanzas de Toulon.
En algún momento jugó en las inferiores de Boca. Pero supo que ese no era su lugar en el mundo. «Tenía sólo 12 años y en Boca te trataban realmente mal. Cuando sos tan chico, sufrís demasiado eso y los entrenadores que teníamos en ese momento eran muy poco pedagógicos. No les importaba dejarte sin saltar al campo en una práctica o siempre ser el último en todo. Ese trato me hizo dudar si podía jugar al fútbol. Yo no quería abandonar porque iba a sentir que todo era un fracaso, pero no me olvido las veces que volví llorando de los entrenamientos y lo que sufría cuando llegaba la hora de irme a entrenar», le dijo este año al diario Sport.
Cuentan quienes lo conocen que no se olvida de los días en los que Salvador Daniele, técnico de Morón, le comunicó que quería contar con él. Perotti jugaba en la Quinta y tuvo que afrontar situaciones decisivas: la definición del campeonato perdido en la última fecha y una final posterior, con derrota frente a Estudiantes de Buenos Aires. Ese encuentro fue el último que disputó con el Gallo en el pecho. Lo quiso el Atalanta, de Italia, pero resolvió continuar su carrera en Andalucía, con el mejor Sevilla de la historia. Recuerda con frecuencia, cada vez que vuelve a la Argentina, aquellos recortes de su papá exitoso en Boca, que lo inspiraron en los tiempos de pibe.
Ahora, este Diego Perotti, capaz de ganarse espacio en la elite del fútbol español, aparece como alternativa en el amplio escenario de posibles convocados a la Selección de Diego Maradona. Es un mediocampista con recorrido y con capacidad para llegar al gol. Todo indicaba que su nombre era puro futuro. Ahora todo indica que también puede ser presente».