Lo de 22 es un decir, pero reconozcan que resulta mosqueante el problema del Sevilla con las lesiones. Creo que este es el quinto artículo que escribo al respecto en poco más de un año. Y además, con casos de lo más extraños.
Resulta que hoy nos hemos enterado de que Luis Fabiano, que acabó aparentemente bien el partido contra el Valladolid, sufrió un percance que ha derivado en lesión. Hoy se le ha diagnosticado, esguince de tobillo grado 2. Este contratiempo le tendrá de baja entre dos y tres semanas y se perderá como mínimo tres partidos.
Kanouté, que estaba en la lista de convocados para el mismo partido, se quedó sin vestirse por unas molestias en el codo. Estas molestias tienen su origen en el partido que jugó contra Unirea hace dos semanas, según desveló Jimenez en la rueda de prensa pos-partido . Lo curioso es que Kanouté participó en la segunda parte contra el Málaga hace solo una semana. ¿?
Squillaci fue sustituido al final del primer tiempo contra el Valladolid. Cuando se le preguntó a Jimenez por el motivo, dijo que no se trataba de ninguna lesión, sino simplemente de darle descanso. Hoy nos desayunamos con la noticia de que arrastra molestias y será baja el miércoles ante el Rangers.
Sergio Sánchez que cuajó un buen partido el sábado, hoy no ha entrenado aquejado de gripe. Otro menos.
Escudé se rompió los huesos propios de la nariz jugando con su selección y está entrenando con una máscara. No se sabe cúando reaparecerá. Esta es quizás la baja más justificada de todas.
Fazio y Acosta ya ni me acuerdo de las lesiones que tenían, dado el tiempo que hace que no pisan un terreno de juego.
Adriano lleva de baja un mes y nadie explica qué le pasa. Ahora parece que por fin se está entrenando con normalidad.
En el caso de Romaric, su lesión se llamaba «sobrepeso». Por fin este pasado sábado le hemos visto con una figura más adecuada para la práctica del fútbol. Yo me pregunto; ¿nadie le canta las cuarenta a este profesional que cobra y muy bien para que respete las dietas que le pone el club?.
Tras este parte de guerra, que como digo, se repite por tercer año consecutivo, no tengo más remedio que pensar que este carrusel de bajas en los que permanentemente, unos entran y otros salen, tiene un motivo, un porqué. No quiero elucubrar porque los de ciencias preferímos hablar con pruebas y datos, pero tanta molestia y tanto esguince, da un tufillo que no me gusta. Un año, puede ser normal. Dos, mala suerte. Tres; raro, raro, raro. Veremos cuanto dura esta racha. Y el Valencia que ya nos enseña la matrícula. Preveo un invierno durillo. Al tiempo.