Eso es lo que ha habido en esta tercera jornada de Champions, pleno de resultados en cuanto a los equipos españoles al menos a jucio de este sevillista, teniendo en cuenta los nombres de los tres compatriotas que nos acompañan en la élite. Aburrida, por reiterativa, victoria del Sevilla en Stuttgart, sendos petardazos de Barcelona y Real Madrid que comprometen su situación en sus grupos y nada nuevo bajo el sol para un Atlético que tiene pie y medio fuera del torneo.
Contando sólo con nuestro triunfo no se puede decir que no haya sido una gran jornada, teniendo en cuenta que ahora somos uno de los cuatro elegidos que han ganado todo lo que han jugado hasta el momento (Chelsea, Manchester United, Olympique Lyonnais y Sevilla FC). De ellos somos el que mejor golaverage poseemos (+7), por lo que si esta fuera una liga de 32 equipos con 3 jornadas disputadas, ahora seríamos el líder de la Champions League.
Nos queda la mitad de la liguilla, pero con una victoria en casa dentro de dos semanas ante el Stuttgart quedaría matemáticamente resuelta la clasificación para octavos. Incluso nos podría valer un empate siempre y cuando el Unirea doblegue al Rangers en Bucarest. En ese caso, con un nuevo empate en tierras rumanas la siguiente jornada haríamos matemático el liderato del grupo con un partido aún por disputar. Se podrá decir que nuestro grupo es el más flojo de los ocho, pero no hay que olvidar que conjuntos tan «potentes» como el Rubin Kazan, el Zurich o el propio Unirea están metidos en el ajo buscando los octavos.
Algo más preocupante es la situación de nuestros delanteros. Con Negredo enfermo, Kanouté fundido y Luis Fabiano por enésima vez desenchufado, menos mal que a Squillaci le salió la vena de goleador para salvarnos en Alemania. Lo del madrileño es cuestión de días y lo del malí, esperemos que sean algunas semanas para llegar a la forma idónea. En cuanto al brasileño, con la edad que tiene ya no creemos que se cure si no es a base de goles. Cuentan que, en el viaje de regreso de Stuttgart no se cortó a la hora de mostrar su disconformidad por el cambio al descanso, dando incluso a entender que quería replantearse su futuro en enero. Da la casualidad de que esto es justo lo contrario de lo que dijo el día antes en rueda de prensa, y justo lo contrario a su vez de lo que dijo en Brasil tres días antes. No sé porqué me da que Luis Fabiano no acabará siendo bien recordado en Nervión…