No es ni mucho menos comparable para un sevillista decir Sttugart o Urziceni que decir Glasgow. Para los que tuvimos la suerte de pisarla el 16 de mayo de 2007, Glasgow se ha convertido en La Meca sevillista, a la par de Eindhoven o a mi parecer incluso más, dadas las circunstancias en las que se produjo aquella gloriosa victoria. Esta noche, el destino nos permite volver a saborear un partido en Escocia, muy cerquita de aquel Hampden Park que nos coronó doblemente como príncipes de Europa. Exactamente a cuatro millas al otro lado del río Clyde, allí se emplaza el mítico Ibrox Park, ahora conocido como Ibrox Stadium. Mucho más «jóven», reconstrucciones aparte que Hampden (1937), éste sí que cumple a rajatabla con el prototipo de estadio británico, pues de lejos nadie podría distinguir su fachada principal de la de una típica fábrica siderúrgica de la ciudad.
Ibrox es la catedral protestante del fútbol escocés, al igual que ocurre con el mítico Celtic Park en el caso de los católicos. De hecho, es el único caso que conozco en el que una ciudad se divide futbolísticamente por la religión además de por los colores. Me queda eso sí la espina, en aquella loca carrera que supuso para mi padre, mi tío y para mí, no haber visto ni de pasada Ibrox como sí tuve la ocasión de hacer con Celtic Park. Sólo fue de pasada, ya que llegamos una hora y media antes del partido en coche desde Newcastle.
Sin irme por las ramas otra vez, diré que lógicamente este partido llega con infinitamente menos presiones que la de aquel 16 de mayo. El Rangers, que empató en terreno del Stuttgart en la primera jornada, tampoco debería temer ya que afronta, tras recibir al Sevilla, un doble duelo contra los rumanos que le pueden afianzar en la clasificación. Aún así, Nacho Novo y los suyos están con ganas de hacer algo grande y perpetrar lo que sería para ellos un auténtico pelotazo. Su entrenador Walter Smith, que ya los hizo subcampeones de la UEFA en 2008, coincide con la mayoría de las informaciones de la web del equipo, en la que se habla de un «Test against the best». (Examen contra el mejor). Sabemos que se refiere al mejor del grupo, pero da una moral que no veas. Eso sí, la única vez que jugamos en Ibrox anteriormente, en 1962, caímos de la Recopa al perder por un claro 4-0.
Hoy será distinto, esperemos. Un triunfo nos dejaría muy cerca de la clasificación con dos partidos en casa aún por delante. Y prontito para casa que viene el Madrid.